Profetas post-exilicos (página 2)

Partes: 1, 2

El texto en Joel 3,1-3 da la impresión que el desastre del reino de Judá y la destrucción de Jerusalén son hechos que pasaron hace mucho tiempo. Además es significativo que en el libro de Joel se da por evidente y descontado la existencia del templo. De todo esto se podía concluir que Joel vivió muchos años después de la reconstrucción del templo. En base a estos argumentos el biblista alemán H.W. Wolff fecha el libro en la primera mitad del siglo IV a. C, lo que significa que Joel pertenece a la baja apocalíptica.

Según la historia, Ciro envía a Sesbassar a Judá para reconstruir un templo estatal, con dos objetivos: el primero era reorganizar, a través del templo el sistema y de un rey del judaísmo que le fuese vasallo, destruido por Babilonia. El segundo objetivo era garantizar una cabeza de puente más segura en el camino a Egipto. Todo eso provocó, en Judá, una verdadera guerra, si fuera verdadera la información de que los que estaban reconstruyendo el altar tenían "miedo a los pueblos de la tierra".

El libro de Joel pertenece en parte a la literatura apocalíptica la cual es producto más que de una literatura especializada, su origen es social. Ante todo en esta época hay un contexto socio-político-cultural, donde tenemos el dominio extranjero sobre Judá que genera muchas frustraciones políticas y económicas, siendo esclavos y sumidos en la servidumbre a los reyes persas.

Para los judíos de la diáspora el problema era principalmente cultural y religioso, su religión monoteísta los segregaba de la sociedad, sus costumbres los hacían diferentes, esto causaba que fueran marginados de la sociedad, ser absorbidos por ella con la pérdida de su identidad o ser perseguidos por desestabilizadores.

Surge desde el post-exilio diferentes grupos en torno a la proximidad del poder político y religioso. Los persas usaban a los judíos para su propio proyecto político-económico; lo que venían del exilio traían su propio proyecto religioso y no querían la ayuda de la población mixta de Judá "el pueblo de la tierra". Los que retornan del exilio continúan el espíritu de la antigua élite jerosolimitana; su proyecto es el control del Templo y sus instituciones. Los que regresan de Babilonia generan un grupo contestatario llamado los "visionarios", con ellos comenzarían a perfilarse la tendencia apocalíptica, cuyo primer rasgo sociológico es el de ser marginado del "establishment" religioso-político.

Los grupos apocalípticos surgen como una forma de protesta y a veces resistencia, frente a un sistema opresor centralizador del poder, ideológicamente discriminador, religiosamente monopólico, etc., que de hecho los marginan. Esto los aproxima a la condición de pobres y periféricos.

Referente a la fe uno de los temas principales y de controversia era "La Promesa", la fe tradicional esperaba que Yahvé reiteraba la promesa del pasado o que realizara la promesa ya conocida, en los apocalípticos se imaginan una nueva revelación; material revelado diferente al tradicional y que su contenido "anticipa" la historia del mundo desde el momento de la revelación hasta el fin. Los apocalípticos aparecen cuando Israel ya no es un pueblo aparte sino que está dentro de los violentos sucesos mundiales, con la llegada de los grandes imperios. Pero los grupos apocalípticos ponen toda su esperanza en el futuro salvífico, un futuro diseñado por Dios y que se cumplirá según él la ha fijado.

Lo cierto es que había una realidad muy conflictiva, pues entre Samaría, Siria y Egipto, Judá (pueblos de la tierra) y Jerusalén (sacerdocio sadoquista). Entre los cuales destacan: a.- El templo no alcanzaba para garantizar la seguridad de los moradores de Jerusalén, sobre todo considerando la hostilidad del campo y de los samaritanos que no querían perder su hegemonía en la religión.

b.- Otro conflicto fue el que vivió las acciones y los campos contra Jerusalén cuando Nehemías reconstruyo Jerusalén y la repobló. Las naciones y los campesinos intentaron que se trancaran estas obras. También eran frecuentes las disputas por el comercio.

c.- El conflicto que provoco el levantamiento de los samaritanos una disputa interna al grupo sacerdotal y levítico, por espacio y poder político.

"El día de Yahvé" en Joel 3 anuncia para este día la efusión universal del Espíritu Santo, en Hch 2 16-21 hace ver el milagro de Pentecostés las primicias de este Don del Espíritu.

c. Zacarías Segundo (9- 14).

En Zac 9-14, la crítica histórica y literaria, lo mismo que el examen del contenido, ponen de manifiesto una mano y unas ideas muy diversas de los capítulos 1-8. En cuanto al tiempo de composición, nos movemos en un campo de hipótesis. Algunos estudiosos consideran los capítulos 9-14 preexílicos; otros ven en ellos un apocalipsis compuesto después del tiempo de Alejandro Magno. La opinión más verosímil es la siguiente: no hay ningún indicio para atribuir aun mismo autor los capítulos 1-8 y los capítulos 9-14; en los capítulos 9-14 hay una referencia concreta al surgir y a la caída de la potencia greco macedónica (9,1-11,3).

En los capítulos 12-14 se leen expectativas generales de índole escatológica sobre la destrucción de las naciones y sobre el respectivo comienzo de las fortunas de Jerusalén. Una fecha, incluso sólo razonable, de estos capítulos es imposible.

Así pues, en los capítulos 9-14 se ven dos partes distintas, división que parece insinuar también el hecho de comenzar el capítulo 9 con "Mensaje. Palabra del Señor…", las mismas palabras con que comienza también el capítulo 12. Por eso algún crítico habla de Déutero-Zacarías (cc. 9-11) y de Trito-Zacarías (cc. 12-14).

Sin embargo, en esta segunda parte del libro podemos ver también cinco actos distintos de un drama apocalíptico, del modo siguiente: a) un invasor enviado por Dios (acaso Alejandro Magno) devasta Siria, Fenicia y Filistea; pero un "resto" se convierte, y en él viene el príncipe mesiánico de la paz (9,1-10); b) los judíos de la diáspora unen sus fuerzas con las de Judea y Efraín y derrotan a los griegos (9,11-17); c) guerra victoriosa de independencia, en la cual los judíos debilitan el poder de los Tolomeos y de los Seléucidas (10,3-11,3); d) liberación de Jerusalén atacada por judíos y gentiles: la ciudad llora a un justo asesinado (11,4-13,6); e) saqueo de Jerusalén, liberación milagrosa de la mitad de la población, el suelo será extraordinariamente fecundo, la mayor parte de los gentiles serán eliminados; los que de ellos sobrevivan, serán obligados a celebrar la fiesta de las cabañas en Jerusalén.

Del pasaje 12,10 "Volverán sus ojos hacia el que traspasaron…"; se trata de un texto más bien oscuro e indudablemente denso, como por lo demás todos estos capítulos, rebosantes de expectativas mesiánicas y escatológicas.

d. Malaquías.

El libro de Malaquías era probablemente anónimo, porque este nombre significa "mi mensajero" y parece ser deducido de 3.1. Otros piensan que por la tradición ese nombre se perdió en el tiempo. Lo importante es el mensaje que este libro nos trae hoy día.

El contenido del libro permite deducir su fecha aproximadamente: que es posterior al restablecimiento del culto en el Templo reconstruido (515 a. C.) y anterior a la prohibición de los matrimonios mixtos bajo Nehemías (año 445 a. C.) bastante próximo a esta fecha. El impulso que hicieron profetas como Ageo y Zacarías estaba roto y la comunidad flojeaba y sus contemporáneos se sentían aplastados por el desánimo y el escepticismo, en una época de miseria y crisis que llegó a golpear duramente hasta el núcleo más íntimo de la comunidad.

El mensaje profético está dirigido exclusivamente a Israel. Pero por el fuerte tono utilizado por el profeta algunos investigadores han sugerido que al menos parte del mensaje debió haber sido dirigido originalmente a "no-judíos", en concreto, a samaritanos e incluso apoyan buena parte de su interpretación en la distinción entre los "ateos", es decir, los samaritanos y los "piadosos desanimados" ,esto es, los judíos en crisis de fe.

Malaquías tuvo que enfrentar con la fuerza de la Palabra una crisis tremenda para la sencilla fe de todos los días. El amargo desaliento de un pueblo que no encontraba signos del amor de Dios en medio de sus miserias cotidianas y que dudaba de la justicia del Señor ante la escandalosa prosperidad de los impíos, desviaba sensiblemente el centro de la existencia nacional e impedía encontrar razones para confiar en Dios y honrarlo como Señor y padre. Los cuestionamientos se multiplicaban y el escepticismo crecía en forma alarmante. Que ese desvío se manifestara principalmente en la negligencia y el descuido de los deberes culticos. Para el pueblo de Dios el único centro de la vida debe ser Dios y su voluntad, que es indivisible. Aún en los tiempos de crisis.

En el libro de Malaquías se hacen presente el valor del Amor: Si hay un elemento fundamental de la religión y de la existencia de Israel es el amor salvífico de Dios. Y la primera palabra que oímos del mensaje de Malaquías viene de la voz misma de Dios que afirma con vehemencia, casi provocativamente: "(yo) amo", "(yo) los amo" La contienda pues se inicia nada más y nada menos que con una declaración de amor. Se presenta como una controversia: "¿En qué nos amas?"

Ellos se enfrentan a Dios diciendo en que nos amas, si vivimos en tan grandes miserias ¿Nos amas y nos morimos de hambre? ¿Nos amas y las plagas y la sequía destruyen nuestro suelo? ¿Nos amas y tenemos que entregar al gobernador persa lo poco que tenemos?. ¿Cómo nos amas?

Israel sabe desde sus orígenes que el amor de Dios se manifiesta en hechos salvíficos, en asistencia, en protección, en bendición. Eso reclama, hechos concretos, amor eficaz. Esta certeza está en la raíz de la fe del Dios del Éxodo. Señor remite al incomprensible misterio de la libre elección de Dios. Les habla del ejemplo de "Amé a Jacob y odié a Esaú".

Otro aspecto que toca el texto es el honor y la honra a Dios: "Yo soy Padre y Señor … Deshonrar y despreciar a Dios". El desprecio y el deshonor, el Señor "los lee" en el culto que le rinden, en lo que acercan a su mesa sin tener en cuenta su voluntad, sus prescripciones más claras y su honor. La recriminación primera es contra los sacerdotes, que aceptan esas ofrendas y no se esfuerzan por corregir y exigir a los oferentes que no subestimen la mesa del Señor. Un culto así es inútil y nocivo, es preferible cerrar las puertas, y no encender en vano el altar del Señor; un sacerdocio así es inútil y nocivo, es preferible que no exista.

La paternidad del Dios creador es traicionada su alianza: el profeta increpa a sus hermanos, hijos del mismo padre, creados por el mismo Dios. ¡Han traicionado a sus propios hermanos para profanar la Alianza de los padres! y la grave actitud de infidelidad y traición se manifiesta en acciones concretas que el profeta busca denunciar: casarse con mujeres extranjeras y despedir, repudiar a la mujer de la juventud. En este texto vemos que el profeta hace un llamado de misericordia y amor para con las mujeres extrajeras y sus hijos. Como se formaran esas familias si no conocen a Dios.

Tema bien interesante ¿En qué te robamos? (3. 8) los diezmos y tributos son también un mandamiento, son parte de la Alianza; ello hace posible la existencia del servicio divino – tema fundamental y es lo que encarna eficazmente el deber de solidaridad con los que menos tienen. Desentenderse de ello o ser negligente en el cumplimiento de este mandato es el resultado de una falta de religiosidad y un signo de desprecio a Dios y a su voluntad, estos ofrecían animales defectuosos no cumpliendo con las normas ya establecidas. Siendo esto una manifestación exterior de una alteración profunda en todos los ámbitos de la vida. También es un robo a los hermanos que deben vivir de esas ofrendas. Aún en tiempos de necesidad Dios sigue siendo Dios.

6.- Final del Imperio Persa e inicio del Helenismo

Fin de la época persa o comienzo de la época helenística (333-63 a.C.) con Alejandro Magno entre los años 336-323, en el transcurso de su reinado conquista Siria (336 a. C.), toma a Tiro y Gaza; entre Egipto para el año 332 a.C. en el 331 funda Alejandría y pone fin al imperio persa con la victoria de Arbelas. En los años 330-326 conquista las satrapías orientales y la India y muere en el año 323 a. C. en Babilonia. Luego sus diadocos se disputan el Imperio de Alejandro (333-287 a.C.).

Por lo que tenemos en Egipto a los Lagidas, en Siria y Babilonia a los Seléucidas y Judea está sometida a los Lagidas hasta el año 200 a. C. Luego es sometida a los Seléucidas desde el año 200-142 a.C.

Los libros de Daniel y Heno surgen durante el reinado de Antíoco IV Epífanes, rey seléucida (215-163. Fue rey de Siria de la dinastía seléucida desde 175 – 164 a.C. Su nombre era Mitrídates.

El reinado de Antíoco IV coincidió con una gran tensión interna vivida en Jerusalén, dos grupos están en disputa por el poder: uno representado por el Sumo Sacerdote Onías III, más conservador, que defendía las costumbres y tradiciones religiosas judías y otro liderado por Simón superintendente del Templo.

Onías III Sumo Sacerdote de Jerusalén 185-174 a. C. hijo y sucesor de Simón II. Es descrito como un hombre piadoso que se opuso a la helenización de Judea.

Simón súper intendente del Templo y Jasón hermano del Sumo Sacerdote Onías, quieren introducir el helenismo en Jerusalén, con todos sus requisitos. Alrededor del año 174 Jasón, después de entregar una fuerte suma de dinero a Antíoco Epífanes, y en conjunto con Simón, se apoderan del cargo de Sumo Sacerdote; introduciendo nuevos hábitos, vestuarios, juegos, etc. Convirtió a Jerusalén en una polis griega, llegando incluso a cambiar el nombre de la ciudad por el de Antioquia. Uno de los agravios fue el envió del dinero para el sacrificio en honor a Hércules, en Tiro (Mac 4. 1-20).

Alrededor del 171 a.C. Jasón envió a Menelao, hermano de Simón, a donde Antíoco, para pagarse la deuda que había contraído. Menelao, sin embargo prometió al rey una cantidad mayor y compro para sí mismo el cargo de Sumo Sacerdote; Jasón fue, entonces, expulsado de Amman (2 Mac 4 23-26). Con el tiempo Menelao no logro pagar el dinero prometido al rey, por lo que tomo algunos objetos de oro del Templo para venderlos y así cancelar la deuda. Esta actitud provoco el repudio de Onías III, quien estaba refugiado en Dafre. Menelao temiendo una revuelta promovida por Onías, lo manda a matar.

La muerte de Onías III suscitó la indignación del pueblo, creándose una gran tensión en Jerusalén. Jasón creyendo que Antíoco había muerto, reunió un grupo de hombres y ataco Jerusalén. Pero Antíoco regresaba de una expedición a Egipto, aprovecho la ocasión para invadir Jerusalén; y como necesitaba dinero para solventar sus guerras, saqueo el Templo. Para sofocar la rebelión prohibió el culto, así como todas las prácticas religiosas judías. En su lugar puso la celebración de las fiestas y de los cultos a los dioses griegos, llegando incluso a construir un altar a Júpiter Olímpico, dentro del Templo.

a. Henoc.

El libro de Henoc o El pentateuco de Henoc, estos libros nos llegaron en lengua etíope y con algunas modificaciones en griego. Se habla de libros en plural pues, realmente, se trata de un verdadero pentateuco, formando actualmente una colección unitaria bajo el título de libro de Henoc. Estos libros pertenecen al canon oficial de la iglesia copta. Para las demás iglesias y para los judaitas, se tratan de libros apócrifos. Están catalogados como apocalípticos, aunque en realidad no expresan la misma teología.

La Iglesia Abisinia o Etíope tiene en su canon el Libro de Henoc. Desde su aparición ha sido un libro de considerable interés para conocer el mundo teológico judío inmediatamente anterior al cristianismo.

Henoc hijo de Yared, padre de Matusalén, séptimo varón descendiente de Adán, quien camino con Dios y luego desapareció porque Dios se lo llevo (5 24), Se piensa que Henoc tuvo acceso a los misterios divinos y a las tablas celestiales.

La apocalíptica se genera en momentos de violenta crisis socio-política, cuando la historia parece tener un inevitable destino de muerte que nadie logra cambiar. Se dice que la causa principal de la apocalíptica es el aparente no funcionamiento histórico de la teología de la retribución. Nace como tentativa de respuesta al problema del mal, en sí, que parece interminable e inevitable el origen, fin del mal.

En los tiempos en que se escribió el Libro de Henoc al igual que como en otras épocas el pueblo de Israel estaba sufriendo de las injusticias de parte de los poderosos, se habla de tres épocas diferentes Antes de la guerra macabea, donde la conquista griega de Asia y Egipto, encontramos que en Jerusalén, Samaria y la diáspora d Babilonia, Antioquia y Alejandría los judaitas, sobre los que están en el poder apoyan a esta potencia pues generan mucho comercio, mercados, significa progreso en cambio para Judá era la multiplicación de males la opresión y el latifundismo. Durante la guerra macabea y después de la guerra macabea, los asmoneos eran pro-griegos llevando a los campesinos a una situación desesperada, los sadoquitas se convirtieron en amigos de los seduceos que continúan administrando las riquezas y el poder político y religioso.

En el caso del libro de Henoc, aparece cuando los griegos habían reconocido como legítimos los dos cultos: el de Jerusalén y el de Garizim (Samaritano). Los judaítas de la diáspora se quedaron con Jerusalén y la traducción de los LXX aceptó todo el canon de segundo Templo. Todo estaba tranquilo hasta la explosión de la guerra macabea, cuya mayor causa fue, nuevamente, un conflicto interno sadoquita.

Contenido de la Obra:

1.- Introducción (1-5). Anuncio del juicio futuro. Dios abandonará el cielo para juzgar al mundo: castigar a los malvados y premiar a los Justos.

2.- Primera parte (6-36). Libro de los vigilantes.

3.- Segunda parte (37-71). Libro de las parábolas.

4.- Tercera parte (72-82): Libro del curso de las luminarias del cielo.

5.- Cuarta parte (83-90): Ensueños de Henoc antes de tomar mujer.

6.- Quinta parte (91-105): Libro de enseñanzas y castigos (Epístola de Henoc).

7.- Conclusión (106-108): Fragmentos de un Apocalipsis de Noé y última exhortación de Henoc: castigo de los pecadores y recompensa de los justos.

Fecha de composición:

Henoc no es una obra unitaria, está formado por textos reunidos en una sola obra, con diferentes fechas de datación. Tenemos que la parte A.- La introducci6n (1-5) y la primera secci6n (Libro de los vigilantes) (6-36) aparecen como ya conocidas por el Libro de los sueños (83-90) y por Jub. Unos afirman que esta sección debió de ver la luz a lo largo del siglo II a. C. Probablemente a comienzos, lo suficientemente pronto como para que en la misma centuria fuera copiada en Qumrán. B.- Libro de las parábolas (37-71) pudo haber sido escrito entre el año 94 al 64 a. C. Otros se inclina a ver en las Parábolas un escrito ciertamente judío, compuesto en el siglo I d. C., más bien hacia el final, por lo que podemos concluir que las Parábolas las podemos ubicar en una fecha aproximada: entre mediados del siglo I a. C., y finales del siglo I d. C. – C) Libro del curso de las luminarias celestes (72-82) Este Libro de la astronomía es citado por Jub 4,17, por 10 que debe remontarse al siglo III a. C. D) Libro de las visiones/sueños (83-90). 167- 160 a. C. E) Libro de enseñanzas y castigos (Epístola de Henoc) (91-105). Comienzos del siglo II a. C. F) Los fragmentos del Libro de Noé. Debió de circular, en el siglo III a. C.

La lengua original de estos escritos es semítica, tenemos fragmentos en hebreo, arameo, griego y etíope.

En su conjunto el libro de Henoc viene a representar un puente ideológico entre el judaísmo y el cristianismo. Enlaza también la humanidad antediluviana con la de los últimos tiempos, pudiendo considerarse el destino de Henoc como el destino a través del cual se deja adivinar el que Dios reserva a los justos en general y especialmente a los justos de los últimos tiempos.

La apocalíptica en Henoc tiene su origen en la sabiduría, y nace justamente cuando, después de un largo tiempo de fidelidad y obediencia a las leyes de Dios, nada bueno acontece para los justos y los malos continúan triunfantes y cada vez más fuertes.

b. Daniel.

Daniel "Dios y mi Juez" El libro de Daniel surge en uno de los momentos más turbulentos y de persecución del pueblo judío para los años 175-164 a. C. Bajo el reinado de Antíoco IV Epífanes. Este libro nace como señal de resistencia popular. Pertenece a la literatura apocalíptica. No surge de una vez, su composición es más bien fragmentada, se escribe en hebreo, arameo y griego. Los géneros literarios utilizados en Daniel son el relato didáctico y el oráculo apocalíptico.

Definir el autor de Daniel es un asunto muy complejo se dice que el nombre de Daniel significa "Dios y mi Juez" pues el libro habla del juicio de los imperios por parte de Dios. Se dice que la primera parte del libro (1-6) tenía como referencia a los jóvenes piadosos de Jerusalén, opuestos al helenismo. La segunda parte (7-12), por su énfasis en la historia y por su proximidad a los libros de los Macabeos, parece pertenecer al mismo grupo que compone la obra macabea. Por lo tanto, los hasidim, los "piadosos" con sus diferentes perspectivas, son los autores más probables.

Daniel es conocido como un relato épico ugarítico de finales de II milenio a. C. En el fondo se trata de una conversión sistemática de la historia en profecía, en forma de visiones post eventum, de una configuración teleológica de la historia como un plan pre-ordenado, por Dios naturalmente, en marcha hacia un desenlace definido que en el pueblo de Dios alcanza su esperada reivindicación.

Contexto histórico: Aunque el autor del libro de Daniel remonte sus escritos hábilmente en un pasado distante, durante el exilio en Babilonia (598-539 a.C.) y al inicio del imperio persa (538), él se encontraba viviendo en el imperio seléucida, durante el reinado de Antíoco IV. Por ese tiempo, el helenismo estaba en pleno apogeo. La posibilidad de enriquecerse estimulaba en la clase comercial un afán desmedido por la búsqueda de productos comerciables. Todo se compraba y todo se vendía. El uso de la moneda como medio de intercambio y de acumulación de riquezas se tornaba cada vez más intenso y más eficaz. El modo de producción esclavista ya estaba consolidado. Millones de vidas humanas, por lo menos la mitad de la población del imperio, eran esclavizadas y comercializadas, pues era el combustible que mantenía en funcionamiento la maquinaria comercial. La acumulación del excedente producido por la mano de obra esclava posibilitaba el surgimiento de las mejores universidades, de los mejores centros de estudios, de ocio, de juegos, de competiciones, etc. conocidos hasta entonces.

El más beneficiado de esto era el rey, quien se auto-denominaba hijo de su dios, dueño de todas las tierras y de todos los bienes, inclusive de las vidas humanas, era quien más estimulaba el helenismo. Para el monarca, de nada valía ser dueño de un imperio inmenso, si éste no producía riquezas. Jerusalén y las aldeas del interior de Judá sobrevivían en medio de esta situación. Por todos lados se respiraba helenismo. La situación empeoró cuando, en los días de Daniel, Antíoco IV Epífanes asumió el trono de Siria (175-164 a.C.). El inicio del reinado de Antíoco IV coincidió con una gran tensión interna vivida en Jerusalén; dos grupos están en disputas por el poder: uno representado por el Sumo Sacerdote Onías III, más conservador, que defendía las costumbres y tradiciones religiosas judías, y otro, liderado por un tal Simón –superintendente del templo, y Jasón, hermano del Sumo Sacerdote Onías, quienes querían introducir el helenismo en Jerusalén, con todos sus requisitos.

7.- Actualización

La Biblia es producto de un trabajo constante de relectura y reinterpretación del pasado con el fin de conocer cómo "escuchar" hoy lo que Dios quiere decirnos a cada uno de nosotros. En momento de crisis, de tinieblas y de pérdida del sentido de orientación el pueblo siempre busca sus raíces, para descubrir aunque sea una luz que nos pudiera ayudar a conseguir las soluciones, para atravesar lo que para los judíos fue su terrible historia, lo que llaman ellos su "desierto". Y poder nosotros hoy día construir una mejor forma de existencia en medio del desierto que estamos viviendo.

Venezuela está atravesando momentos difíciles, una crisis que afecta la vida de cada venezolano. Este caos ha llegado a las esferas más elevadas de la sociedad hasta los más humildes. A diario observamos por la prensa, por donde transitamos, por los medios de comunicación, como cada día se va agudizando los problemas: la falta de alimentos, las medicinas, la inseguridad, la falta de poder adquisitivo, protestas, etc en medio de unos gobernantes incapaces de poder salir de este trance donde estamos sumidos. Las malas decisiones de nuestros dirigentes como les ocurrió al pueblo de Israel, cifrando su confianza en otros imperios para contar con su protección y ayuda termino con la tranquilidad y libertad del pueblo, como nos está pasando en la actualidad.

Nuestra fe nos dice que Dios está presente y actúa en momentos buenos y en los malos. Cómo sabemos que Dios está aquí en medio de nosotros y que no se olvidó de su pueblo.

El cautiverio de Babilonia represento para el pueblo judío la mayor crisis de toda su historia perdieron hasta aquel entonces lo que representaba el apoyo de su fe "la tierra", "el Templo" "Jerusalén" todo fue destruido hasta la misma identidad se rompió y aquí vemos en medio de este gran torbellino de problemas como Dios levanto a sus profetas para decirles en cada una de las épocas que estaba presente, les mando guías para anunciar y denunciar lo malo que estaban haciendo y que sí había una esperanza de salvación pero tenía que haber una conversión del pueblo, volverse de hacer lo malo.

En este estudio pudimos ver como va cambiando la forma de expresarse el profeta y los tipos de géneros que surgen adaptándose a las circunstancias donde estos estaban ministrando, por esto el profeta como dicen no es un adivino, vive lo que el pueblo padece y sufre; y lo persiguen. Hoy día todos podemos ser profetas anunciar y denunciar lo malo que está pasando, que estamos viviendo cada uno de nosotros en nuestras comunidades, pero al igual que los profetas de Dios "dar esperanza", enseñar que Dios está en medio de todos estos problemas y que podemos a través de la iluminación de su palabra conseguir soluciones a las dificultades que nos aquejan.

Vimos que a pesar de todas las cosas malas que estaban ocurriendo había un grupo de personas hombres y mujeres que vivían en el pueblo: exiliados, doloridos y disgregados. Historia parecida a la nuestra, hemos visto que familiares y amigos se han ido a otros países, con todo el dolor, han dejado a sus hijos pequeños, sus familiares, sus casas, para irse a buscar mejorar para la calidad de su vida y la de sus pequeños.

Me toco muy en el fondo el caso de una chica que vivía alquilada en una propiedad de mi padre, ella tiene un niño de 8 edad, trabajaba arduamente para el sustento de su pequeño, siempre ella y su niño estaban bien vestidos, buena comida y tenía hasta una moto para trasladarse. En vista de la situación tan crítica que estamos viviendo ella se vio obligada a abandonar al país y hasta su pequeño hijo para irse a trabajar a Panamá. Ella le manda a su niño lo que necesita, pero como le da esa atención y ese amor de madre que tanto necesita su hijito. Es fuerte como por estos problemas económicos las familias se están separando. Cómo saber que Dios está en medio de todo este a debacle.

El pueblo judío aunque no contó con el apoyo tradicional de la fe, no dejó de creer. La crisis en vez de llevarles a la pérdida de la fe, fue una ocasión de purificación y de renacimiento. Volvieron a descubrir la novedad de la presencia escondida de Dios y consiguieron transformarla en buena nueva para el pueblo.

Dios está en todo lo que vemos en la vida, en el universo, en la historia, en la política, en el pueblo, siempre en el mundo, en medio de las gentes, surgen aquellos que grita "escuchad, sordos; mirad y ved, ciegos" Is 42, 18. El pueblo debe abrir sus ojos y acoger a Dios que avanza victorioso. Esta es la buena nueva que los discípulos anuncian al pueblo ayer y hoy "Tu Dios reina" Is 52, 7. Y con el fin del que el pueblo descubra y asuma su nueva misión, que cada uno pueda ayudar a releer el pasado y el presente, y entenderlo de manera diferente. Sin Dios no hay resultado final.

Para nosotros los estudiantes de Biblia esto se convierte en un desafío al igual que para todos cristianos religiosos, religiosas o laicos, en las condiciones que está viviendo nuestro país. Sabemos que la vida de santidad y de oración no se puede llevar a plenitud si no sentimos la necesidad de llevar lo que hemos aprendido a las comunidades, llevar esa luz que es la Palabra de Dios, releerla y reinterpretarla adecuándola a nuestra realidad logrando la atención a los problemas que padecemos hoy, enfocándonos en los más débiles de la sociedad.